Feminismo, ciudadanía y política democrática radical

Chantal Mouffe (University of Westminster, London), Foto: Stephan Röhl

Grupo de estudio: Razón neoliberal, democracia y derechos humanos

Comenzamos con un nuevo debate sobre el capítulo V titulado «Feminismo, ciudadanía y política democrática radical» del libro El retorno de lo político, Chantal Mouffe.

En las últimas décadas dos temas han sido centrales en los debates de las feministas angloamericanas: el postmodernismo y el esencialismo.

Este artículo se centra en la elaboración de una política feminista basada en una interpretación antiesencialista y un proyecto democrático radical.

Esta propuesta implica la unión de las demandas de distintos puntos de opresión.

¿Qué es el feminismo?

Chantal Mouffe explica que el feminismo es la lucha contra las múltiples formas en que la categoría «mujer» se construye como subordinación. Además, plantea que no debemos reducir nuestra identidad a una posición singular, ya sea de clase, raza o género.

¿Hay una esencia de mujer?

El esencialismo plasmado en la figura de la identidad es rechazado. La autora reconoce que la identidad es múltiple y contradictoria, siempre contingente y precaria, fijada temporalmente en la intersección de las posiciones de sujeto y dependiente de formas específicas de identificación. Descarta la idea esencialista de una identidad de las mujeres como mujeres. Existen mujeres particulares en situaciones particulares.

Es imposible hablar del agente social como si estuviéramos lidiando con una entidad unificada, homogénea. El agente social es una pluralidad, dependiente de las diversas posiciones de sujeto a través de las cuales es constituido dentro de diferentes formaciones discursivas.

La categoría moderna de individuo postula un «público» universalista, homogéneo, y que relega toda particularidad y diferencia a lo «privado». La autora propone afirmar el valor político de la maternidad.

Debemos deconstruir la mera oposición entre varones y mujeres y construir una nueva concepción de ciudadanía en la que la diferencia sexual se convierta en algo efectivamente no pertinente.

En el dominio de lo político y por lo que toca a la ciudadanía, la diferencia sexual no debe ser una distinción pertinente.

¿Qué implica ser un ciudadano?

Debemos definir qué es ser un ciudadano y cómo actuar como miembro de una comunidad política democrática. Una ciudadanía más activa, que valore la participación política y la noción del bien común (antes e independientemente de los deseos e intereses individuales), profundizando la revolución democrática y dando cabida a la multiplicidad de las demandas democráticas que existen.

La crítica al esencialismo es la verdadera condición de posibilidad de un proyecto democrático feminista.

 

Deja una respuesta