Los estudios contemplativos tienen como objeto material la experiencia humana. Formalmente se enfatiza la necesidad de complementar la aproximación científica contemporánea que privilegia la investigación en tercera persona, con las doctrinas y prácticas contemplativas tradicionales y contemporáneas, que abordan su objeto desde una perspectiva en primera persona.
El propósito último es desarrollar nuevas estrategias para el logro del bienestar individual y colectivo que no descuiden las implicaciones de nuestras prácticas a mediano y largo plazo.
En términos generales, es posible distinguir cuatro áreas de investigación e implementación:
- En primer lugar, los estudios contemplativos estudian el conjunto de doctrinas y prácticas tradicionales y contemporáneas dirigidas al mejoramiento de la capacidad atencional de los individuos. Las exigencias a las que nos exponen las prácticas de las sociedades tecno-capitalistas de las que formamos parte, acrecienta la fragmentación y dispersión de la experiencia subjetiva, multiplicando las condiciones y factores patológicos crónicos. En este sentido, se trata de ofrecer herramientas conceptuales y métodos empíricamente comprobados que permitan a los individuos disminuir e incluso superar la extendida experiencia de alienación que caracteriza la vida moderna.
- En segundo lugar, los estudios contemplativos atienden al conjunto de doctrinas y prácticas tradicionales y contemporáneas cuyo objetivo es acompañar a los individuos en su itinerario de autodescubrimiento. Se trata de ofrecer herramientas efectivas que les permitan adoptar una relación directa con su corporalidad y su entorno, y el conjunto de eventos mentales (memorias, anticipaciones, ideación conceptual, emociones, fantasía, sueños, etc.) que componen el círculo de nuestra experiencia inmediata en cualquier momento de la misma. Las prácticas que acompañaron el proceso de mutación de la cosmovisión moderna nos han acostumbrado a asociarnos con los diversos componentes de nuestra individualidad y entender nuestra sociabilidad desde una perspectiva instrumentalista y atomista. Los estudios contemplativos intentan recuperar la significación o sentido de nuestra experiencia directa.
- En tercer lugar, los estudios contemplativos estudian el conjunto de doctrinas y prácticas tradicionales y contemporáneas que sugieren que es posible modelar nuestra sensibilidad. Además de promover una experiencia cognitiva directa, estas doctrinas y prácticas insisten en la necesidad de redirigir nuestras actitudes con el propósito de lograr en los individuos una mayor empatía, imparcialidad, amor, compasión y alegría ante la diversidad de experiencias de sus congéneres, colaborando de este modo a la deconstrucción de actitudes negacionistas del sufrimiento ajeno, o excluyentes frente al extraño, rearticulando el trasfondo de sentido que guía nuestros itinerarios, afirmando explícitamente como objetivo último de la educación el fomento del altruismo. Los estudios contemplativos, de este modo, hacen hincapié en la necesidad de abordar malestares societales como el autoaislamiento y la alienación que son el lado oscuro de los positivos logros que ha traído consigo la ciencia y la tecnología.
- Finalmente, los estudios contemplativos ofrecen una mirada alternativa a la perspectiva reduccionista de la naturaleza en general, y de la naturaleza humana en particular, que nos permita reelaborar los paradigmas materialistas de la física clásica y las ciencias biológicas a la luz de la significación de la experiencia. Es decir, una perspectiva que nos permita redirigir nuestro ánimo dominante en función de un anhelo de bienestar que sea sostenible en el tiempo a favor de los aún no nacidos.